Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del sexto artículo de RIED más citado de 2022, de entre todos los publicados (34) en ese año, Vols. 25(1) y 25(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Al final aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 63. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.
La pandemia de COVID-19 generó desafíos profundos en los sistemas educativos de todo el mundo, obligando a las instituciones a adaptarse rápidamente a una enseñanza virtual masiva. Este cambio, impulsado por el confinamiento y el cierre de centros educativos, afectó a más de 1.600 millones de estudiantes, y destacó la necesidad de integrar tecnologías digitales en la educación. Sin embargo, esta transición también exacerbó las desigualdades, ya que el acceso limitado a los recursos digitales impidió una educación equitativa, especialmente en poblaciones vulnerables. La falta de conectividad, recursos y conocimientos tecnológicos generó una importante brecha digital, especialmente evidente en alumnos con necesidades especiales y discapacidades.
En este contexto, la educación especial se vio singularmente afectada debido a las dificultades para adaptar los recursos digitales a las características de los estudiantes con discapacidad. Aunque la educación a distancia podría ofrecer oportunidades de aprendizaje, en muchos casos el acceso limitado a tecnologías accesibles y apoyos adecuados agravó la exclusión educativa. Este desafío fue particularmente notorio en el uso de plataformas de videoconferencia y redes sociales, herramientas esenciales para mantener la comunicación y continuar las actividades pedagógicas durante el confinamiento. Sin embargo, la escasa formación digital de algunos docentes y la falta de adaptaciones específicas para estudiantes con necesidades especiales limitaron el alcance y la efectividad de estas herramientas.
El rol de los docentes se transformó radicalmente, requiriéndoles fortalecer sus habilidades digitales y sociales, adaptar sus prácticas pedagógicas y emplear diversos recursos para facilitar el aprendizaje a distancia. A pesar de su esfuerzo, la enseñanza en modalidad virtual conlleva desafíos inherentes, como la dificultad de brindar una atención personalizada o profesional especializada a través de plataformas en línea, lo cual es esencial para los estudiantes con discapacidades. A esto se suma la limitada preparación de algunos profesores en el uso pedagógico de las tecnologías digitales, que dificulta una implementación eficaz en ambientes de formación virtual.
La importancia del apoyo familiar también fue evidente, especialmente para estudiantes con discapacidad. Durante el confinamiento, las familias asumieron un rol clave para facilitar el aprendizaje en un entorno virtual. Sin embargo, las limitaciones de algunos hogares en cuanto a recursos y conocimientos tecnológicos acentuaron las desigualdades educativas y demostraron la brecha social y digital existente en la sociedad. Esto afectó tanto el desarrollo académico como el bienestar emocional de los estudiantes, y subrayó la necesidad de promover una alfabetización mediática universal como un derecho fundamental.
Los autores de este estudio, en respuesta a la situación descrita, se propusieron investigar las barreras y beneficios que las personas con discapacidad intelectual encuentran en el uso de plataformas digitales, así como el impacto de la pandemia en su uso dentro de la educación especial. Los objetivos específicos incluyen analizar el uso de redes sociales por parte de personas con discapacidad, los factores que condicionan su acceso y eficacia, la frecuencia de uso y las plataformas preferidas, y la percepción de los agentes educativos sobre el uso de estas herramientas. Además, el estudio busca examinar cómo la pandemia afectó los procesos educativos y la vida de estas personas en relación con las tecnologías digitales, proporcionando una visión integral de los retos y oportunidades emergentes en la educación inclusiva en la era digital.
La investigación, por tanto, se centra en un estudio de caso al focalizarse en el análisis de la realidad de un contexto educativo concreto, mediante la realización de una descripción contextualizada y la revelación de las relaciones que se producen en esta institución educativa y la situación particular derivada por la COVID-19. Los instrumentos de investigación consistieron en un cuestionario sobre el uso inclusivo de las redes sociales, cuya aplicación se realizó a través de Google Forms, y en entrevistas semiestructuradas. El cuestionario se aplicó durante los meses de enero y abril, informando a los participantes sobre el estudio y solicitando su aceptación y consentimiento para la participación en la investigación.
En función de los resultados obtenidos, señalan los autores que el uso de las TIC puede mejorar la independencia y calidad de vida de personas con discapacidad, facilitando su inclusión social, educativa y laboral. Sin embargo, si estas tecnologías no consideran las necesidades específicas del colectivo, pueden aumentar la exclusión social.
En efecto, los resultados muestran un incremento en el uso de plataformas digitales entre personas con discapacidad intelectual, quienes las consideran un recurso motivador. La emergencia sanitaria impulsó a los centros educativos a adaptar sus prácticas para fomentar y facilitar el aprendizaje digital, y muchos usuarios adquirieron habilidades básicas en estas plataformas. En particular, un estudio de jóvenes con síndrome de Down evidenció que un alto porcentaje continuó usando plataformas digitales de forma autónoma después del confinamiento, mejorando su conexión social y promoviendo relaciones personales.
A pesar de las adaptaciones, surgieron obstáculos significativos, como la falta de recursos y competencias digitales en algunas familias, lo cual amplió la brecha digital. Además, existía reticencia hacia el uso de internet debido a los riesgos potenciales para este colectivo. Las plataformas más utilizadas fueron WhatsApp, YouTube, Instagram y Zoom, especialmente valoradas por sus capacidades audiovisuales, que se ajustan a las necesidades de usuarios con limitaciones en lectoescritura.
Los autores concluyen subrayando la importancia de desarrollar entornos educativos accesibles y fomentar la alfabetización mediática para el uso responsable de plataformas digitales entre personas con discapacidad. Esto permitirá avanzar hacia una sociedad más inclusiva, garantizando que las TIC promuevan la equidad y la justicia social en lugar de incrementar las desigualdades.
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OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
García Aretio (8 de noviembre de 2024). Uso de redes sociales en personas con discapacidad intelectual (Lo más de RIED-55). Contextos universitarios mediados. Recuperado 10 de febrero de 2025 de https://doi.org/10.58079/12n86