La primera revolución industrial transformó la sociedad en múltiples ámbitos, generando nuevas demandas laborales que impulsaron cambios en la educación para satisfacer estas necesidades emergentes. Desde entonces, cada una de las tres revoluciones industriales que han seguido ha requerido adaptaciones similares en los sistemas educativos. Hoy en día, estamos inmersos en la cuarta revolución industrial, también conocida como Industria 4.0, que se caracteriza por la integración de lo biológico, lo digital y lo físico. La Industria 4.0 se apoya en tecnologías como la hiperconectividad, el big data, la inteligencia artificial y los sistemas ciberfísicos.

Esta revolución no solo exige conocimientos técnicos, sino también competencias blandas como la creatividad, la colaboración, el liderazgo y la resolución de problemas en equipo. Estas competencias, validadas por organismos internacionales, destacan la importancia de las interacciones humanas y el aprendizaje colaborativo, elementos clave para gestionar y compartir el conocimiento en el contexto de la Industria 4.0. Los sistemas de gestión del conocimiento, por tanto, son esenciales en este entorno, ya que facilitan la valorización del saber individual y organizacional.

En paralelo, la Educación 4.0 surge como una respuesta a las demandas formativas de la Industria 4.0. Esta educación se enfoca en el desarrollo de competencias blandas, fomentando la cooperación, la creación y organización del conocimiento, la autogestión y el pensamiento crítico. Al igual que en el ámbito industrial, la Educación 4.0 da protagonismo a las interacciones entre estudiantes, favoreciendo el aprendizaje entre iguales y el intercambio de experiencias. Para ello, las metodologías activas, como el aula invertida y los métodos híbridos, se presentan como herramientas adecuadas para implementar este modelo educativo.

Las tecnologías desempeñan un papel fundamental en la Educación 4.0, facilitando la comunicación en tiempo real, el intercambio de conocimiento y la gestión de datos en la nube. Diversas investigaciones están desarrollando herramientas que permiten medir las competencias asociadas a estas tecnologías, lo que subraya la importancia de una integración efectiva entre metodologías, tecnologías e infraestructuras educativas para soportar el aprendizaje en este nuevo contexto.

Los autores de este trabajo proponen un modelo funcional de Educación 4.0 que integra infraestructura, metodologías activas, tecnologías y competencias. El modelo tiene como objetivo mejorar los resultados de aprendizaje a través de la implementación de competencias propias de la Industria 4.0, utilizando herramientas como el Micro Flip Teaching, que promueve el aprendizaje colaborativo y la generación de conocimiento en tiempo real. Además, se busca demostrar que estas competencias no solo son esenciales para el aprendizaje, sino también para el desarrollo de trabajadores preparados para la Industria 4.0.

Finalmente, el trabajo plantea dos objetivos: primero, evaluar el impacto de este modelo en el aprendizaje, tanto cuantitativa como cualitativamente; y segundo, establecer la relación entre la Educación 4.0 y la Industria 4.0 mediante la creación de repositorios de conocimiento gestionados por el alumnado. Estos resultados servirán para validar la efectividad del modelo propuesto y para trazar nuevas líneas de investigación futuras.

En la experiencia que los autores nos muestran, el alumnado ha utilizado, de forma cooperativa, competencias 4.0 como identificar, buscar, evaluar, recuperar, crear y utilizar conocimiento durante el proceso de aprendizaje. Así mismo, el alumnado ha diseñado el sistema tecnológico que clasifica y gestiona todo el conocimiento creado. Los resultados medidos demuestran que con el modelo de Educación 4.0 propuesto se han obtenido mejoras en los resultados de aprendizaje y se ha favorecido el aprendizaje entre iguales. La aplicación de las competencias 4.0 ha generado un producto 4.0 que es el sistema de gestión de conocimiento para clasificar, organizar y utilizar todo el conocimiento producido por el propio alumnado a través de su experiencia de aprendizaje en una asignatura académica.

En suma, el modelo de Educación 4.0 que nos proponen los autores, se basa en la creación, por parte del alumnado, de un sistema de gestión del conocimiento, que culmina en un prototipo aplicable a la Industria 4.0. Este enfoque fomenta el desarrollo de competencias clave relacionadas con la información digital, como la búsqueda, selección, evaluación y creación de nuevo conocimiento. La utilización de estas competencias está alineada con modelos educativos previos, que subrayan la importancia de integrar metodologías activas para preparar a los estudiantes para los retos de la Industria 4.0.

El trabajo demuestra la efectividad de las metodologías activas, como el aprendizaje cooperativo y autónomo, que promueven la creación, el intercambio y la utilización del conocimiento. Estas metodologías no solo facilitan el desarrollo de competencias técnicas, sino también de habilidades blandas, esenciales en el contexto actual. Además, se pone de relieve la importancia del aprendizaje entre iguales, que fomenta la cooperación y el trabajo colaborativo, elementos fundamentales para el éxito en entornos industriales y educativos basados en la innovación abierta.

Un aspecto destacado del estudio es el incremento en la demanda de horas de tutoría, lo que refleja una mayor motivación del alumnado por asegurar la calidad de los conocimientos adquiridos. Este hecho pone de manifiesto el compromiso de los estudiantes con su propio aprendizaje y su disposición a utilizar recursos formales, como las tutorías, para mejorar su desempeño académico.

Los resultados obtenidos, particularmente en la creación de un repositorio de conocimiento, muestran un alto nivel de éxito en comparación con estudios similares. Esto subraya la eficacia del enfoque adoptado y su potencial para ser replicado en otros contextos educativos orientados a la Industria 4.0.